Se teje el azar

Se teje el azar

Y sonó Silvio

 

Era increíble cómo se iban sucediendo los acontecimientos. Ese cúmulo de casualidades empezaba a parecer un capricho del destino. Hacía años que no oía aquella canción, y ahí estaba, resonando en mi interior mientras escuchaba los acordes… «…Todo empezó en la sorpresa, en un encuentro casual, pero la noche es traviesa cuando se teje el azar. Sin querer se hace una ofrenda que pacta con el dolor o pasa un ángel, se hace leyenda y se convierte en amor.» Desconozco si Silvio Rodríguez perseguía describir lo que los teóricos llaman un tutor de resiliencia, pero lo cierto es que en unas frases recogía con detalle las características que definen a esta figura. Todo empezó en la sorpresa, en un encuentro casual. Es algo inesperado, que surge en un instante como una chispa. Pero la noche es traviesa.

Se teje el azar

Y en la vida a veces hay oscuridad, porque el mundo se desmorona, y todo lo que me servía hasta ese momento pierde sentido. Es en esa noche cuando se teje el azar. Puede o no suceder, por eso, en parte, puede considerarse fruto del azar. Sin querer se hace una ofrenda. El tutor o tutora de resiliencia no hace nada, no es un acto consciente. Ni siquiera tiene porqué saber que está suponiendo un encuentro tan significativo para la persona. Es más, puede que ni tan siquiera la propia persona tenga conciencia del alcance y significado de dicho encuentro hasta tiempo después. No es cómo me trata el otro, es la resignificación que le doy a ese trato. Porque, en todo caso, el protagonismo es de la persona que está padeciendo. Por eso el tutor no espera nada en particular.

 

Vida

Entonces la persona golpeada por la vida pacta con el dolor, atraviesa el dolor. Ese encuentro significativo le da la oportunidad de verse a sí mismo como un ser completo, capaz, digno, de ver entre su dolor un atisbo de esperanza, una luz momentánea, que ilumina un rincón del camino en ese mundo lleno de sombras y de indiferencia. Después de la agonía, algo vive dentro de mí, y alguien viene a soplar sobre esas brasas. Pasa un ángel. No tiene porqué ser una persona conocida, ni tan siquiera tiene que tratarse de una persona. Un tutor de resiliencia puede encarnarse en una actividad, un interés o una afición, aunque normalmente alentada por alguien que cree en ti. Al fin y al cabo, somos seres ocupacionales, y una actividad puede convertirse en un camino, que nos pone en valor, estimula nuestra confianza y nos da seguridad.

Se teje el azar

Nos devuelve el sentido y nos permite recuperar la confianza en el mundo y en nosotros mismos, además de otorgarle un nuevo sentido a nuestra existencia. Y este encuentro significativo se hace leyenda en su vida, lo rememora a los años como alguien o algo fundamental para su proceso de resiliencia, para su neodesarrollo. El efecto del encuentro es una «colisión cósmica», pero no te destruye. Por eso ya no eres la misma persona después de su encuentro. Entonces el sufrimiento cobra un sentido, un para qué, y se produce un neodesarrollo. Poco a poco vuelves a creer en el ser humano. Recuperas la confianza básica, la que nos permite amar y ser amados. Y el ángel se convierte en AMOR.

 

Editorial Luis Bonilla. Expertos en enseñanza, formación a distancia, tutores cualificados y con variedad de cursos online.

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